sábado, 22 de septiembre de 2012

2-2


2-

*Bienvenido a Chatpal*
*Conectado como RooftopSniper*
*26 amigos conectados*

*UglyCutebold está ahora conectado*

RS: elvio!
RS: te perdiste los chorizos
RS: y te vas a perder el show de pirotecnia.
UC: No puedo ir!
UC: les dije que estaba solo en mi casa y me tenía que quedar a cuidarla!
UC: estoy aprovechando para formatear la maquina y reinstalar lunix
RS: lastima
RS: por lo menos vos tenías algo que hacer
RS: no como otros que se falsearon
UC: Quien?
RS: quien puede ser?
UC: El lloveras?
UC: creo que esta conectado
UC: ya lo agrego

*Se agregó a VerdeSandia a la conversación*

VS: hola putos XD
RS: llego el falso
RS: saluden a benito falsolini
UC: Es el de los billetes de tres pesos?
RS: ahahaha
VS: chupamela niko XD
RS: no era que salias hoy
VS: si
VS: pero se cago todo XD
RS: bien hecho
RS: por falso
RS: podrias estar en el dique con nosotros
UC: Quienes estan?
VS: chupala XD
RS: el mauro, el nico y el lucas
RS: y yo
VS: venganse despues si quieren
RS: ya les pregunto
UC: Ya les dije que no puedo!
UC: es más, me voy a dormir.
*UglyCutebold aparece como desconectado y es posible que no conteste*
RS: dicen que te vayas a cagar XD
VS: putos XD
*VerdeSandia aparece como desconectado y es posible que no conteste*

Santiago resopló, ligeramente fastidiado. Otra noche forever alone en casa, por lo visto.
Reanudó las descargas pausadas en su cliente de torrent ,  puso a actualizar el Minecraft, y dio una mirada a su alrededor. La habitación era un asco, lo cual no era novedad. Aunque la caja de pizza sobre el diván era el detalle más llamativo… y el menos agradable. Se levantó, la hizo un bollo (esos meses de gimnasio habían dado fruto) y la obligó, de manera forzosa a entrar al basurero bajo el escritorio.
Ésto último probó ser demasiado para el mismo, que se rebalsó esparciendo algunos papeles sobre el piso. Profiriendo una vulgaridad, Santiago vació el papelero en una bolsa y, viendo las demoras en la cola de descarga, decidió sacar la basura.
Cruzó la casa, retando a su perra por su incesante ladrido, y salió a la vereda. Era una noche agradable, y, por un momento, lamentó no haber ido al dique. El motor de una Peugeot Partner gris saliendo de la casa vecina lo sacó de sus pensamientos.
El conductor de la misma, Andrés, un joven aspirante a actor, lo saludó. Santiago devolvió el saludo y volvió a entrar, sin saber que ésa sería la última vez que lo vería con vida.